martes, 29 de mayo de 2007

La biblioteca de Molina de Segura

Visitamos la reciente inaugurada biblioteca. Bueno, continuaré con mi política de no quejarme demasiado. Pero no puedo evitar ocultar que esperaba algo más. Sobre todo para una biblioteca nueva. Y para una población grande, o relativamente grande. La biblioteca es pequeña, y sus salas son bastante reducidas, insuficientes diría yo, pero es que en mi visita, una tarde de un espléndido día laborable, esos pocos metros útiles no estaban repletos. Quizás radique ahí el problema: hay pocos fondos (muy pocos), y lo que me temo es que no hay más porque no se usan. ¿Por qué? ¿De quién es el problema?Al parecer la gestión de la biblioteca molinense recae sobre una academia, de esas de formación, vete tú a saber por qué extraño avatar del destino. Bueno, el caso es que hay un montón de factores: está muy cerca de Murcia y ésta es un punto insalvable e inimitable de atracción de jóvenes y no tan jóvenes para las cuestiones culturales y tal y cual. Vaya, que quien más quien menos va regularmente a Murcia, y ahí está la biblioteca regional, la dictadura comercial del librero-editor de la capital, y otras cosas que en más cantidad y calidad se pueden conseguir. O al menos eso es lo que parece que piensan los residentes de Molina. También está la tradición cultural, que me consta que se hace patente en época de fiestas y otras de guardar (yo me las guardo todas, hasta romper el saco), pero que no ha encarrilado mucho en raíl de la biblioteca; está un poquito a un lado. Y eso es culpa de ...

No sé, podría seguir hablando de por qué la gente de Molina no usa la biblioteca, pero ya serían hipótesis infundadas, y además, eso lo sabrán mejor ellos mismos. Lo importante es que se debería hacer algo al respecto. Pero claro, el personal bibliotecario está contratado temporalmente y no va a plantearse objetivos a largo plazo. La culpa al final, lo adelanto ya, va a terminar cayendo a los de arriba, a los políticos y esa gentucilla. Bueno, el caso es que debería haber programas constantes de atracción de usuarios y marketing, porque el problema me parece evidente y grave. No olvidemos que ahora la biblioteca es un espacio no sólo para leer en silencio (¿a quién se le ocurriría poner ese cartel de "silencio" en la zona infantil?) sino de comunicación, de trabajo, de movimiento, de ajetreo, de vida. El espacio silencioso ya está arriba (mal proyectado, por cierto), junto a despachos, mesas de trabajo bibliotecario no funcionales, y los fondos locales cerrados con llave (¡vaya tela!).

En fin, que hay que cambiar el chip, que hacer una biblioteca hoy en día para que sea lo mismo que en los años 60 es un retraso (¿o acaso no es obvio?). Que los trabajadores deben tener consciencia de su papel y si alguien no cumple, pues puerta, que hay algunos que queremos probarnos. Que no soy enemigo, sino crítico, porque quiero que la biblioteca de Molina de Segura mejore, que se llene hasta la bandera, que los ciudadanos usen masivamente todo lo usable de ella, que se equipare a una biblioteca de ciudad (como la regional, si puede ser), que sea el bastión de la red de bibliotecas de la región (cuando exista), y...¡que gane el Nobel, la Copa América y las elecciones generales del 2008!

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