lunes, 15 de diciembre de 2008

Las otras bibliotecas

Hay otras bibliotecas que complementan a las normales, es decir, a las de la comunidad y del municipio de Madrid. Suelen ser de instituciones públicas o privadas, en cualquier caso más restringidas que las otras. Así, pocos saben que el Museo Reina Sofía tiene biblioteca de libre acceso. O que hay una organismo, por allá, por Moncloa, que se llama AECID, que quiere decir Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo. Y también tiene biblioteca. Ésta tiene una sección hispánica y otra islámica, y tiene fondos interesantes americanos: que tratan del otro lado del charco, que se editaron allí, etc. Lo malo es que para poder realizar un préstamo tienes que “acreditar la condición de investigador o de alumno de doctorado o del segundo ciclo de estudios universitarios”. La biblioteca del CIDE (Centro de Investigación y Documentación Educativa), es decir, la biblioteca del Ministerio de Educación, también pide acreditación del título o estudios académicos.

No tengo muy formada la opinión al respecto (a ver si alguien me ayuda), pero creo que, hoy día, no es un adelanto para facilitar el acceso a los documentos poner ese tipo de trabas –absurdas, creo yo- para poder tomar obras en préstamo.

Además, se tratan de bibliotecas que pasan desapercibidas para el ciudadano de a pie; ¿están restringidas a los estudiosos de la materia? ¿a los profesionales? Supongo que no se puede ir a estudiar, ni a leer tal o cual libro, sino a realizar trabajos serios (con un director que tenga un cargo...).

Mi problema es que no sé por qué tiene que haber bibliotecas para la gente de la calle (municipales y regionales), y otras más restrictivas. Esto empieza a dejar de tener sentido ya, y poco a poco será un retraso... O quizá no, quizá sea necesario poner mala cara a quien va a ojear láminas coloreadas en la biblioteca del Reina Sofía o entra ‘de paseo’ a la del AECID (son suposiciones mías, quiero pensar que ningún bibliotecario lanzaría una mirada fruncida a un usuario por el mero hecho de estar en su biblioteca); quizá sea eso lo normal para diferenciar estas bibliotecas de las bibliotecas públicas. La verdad, no lo tengo muy claro.