martes, 30 de marzo de 2010

La biblioteca de Jumilla habla árabe, francés e inglés

Según la noticia, la biblioteca de Jumilla es plurilingüe. Y, seguro, es cosa que se agradece. Sólo un comentario: quizás, en estos tiempos que corren, y por estas cálidas tierras, repletas de inmigración y turismo, se deba tener en cuenta este aspecto. Me refiero al idiomático. En la Biblioteca Regional de Murcia también hay atención en otros idiomas, pero claro, menos no esperaba yo de ella. Quizá algún día, para abarcar más usuarios y poder optimizar el servicio, entre las pruebas de acceso al puesto de trabajo bibliotecario, se demande un idioma extranjero: quizás alemán, árabe, francés, y, depende de dónde se ubique el centro, chino, ruso, y hasta inglés.
Dos matices: los profesionales que "deberían" poder ofrecer el servicio en otro idioma, sin duda deberían ser de categoria facultativo; vamos, grupo A. Vale, ya sé que en bibliotecas de barrio o de pueblo, la realidad es bien distinta de lo que marcan los cánones IFLAtianos, pero hay que tener en cuenta que todo este post es teórico y sin proyección real.
La segunda matización es que este valor añadido de poder comunicarse con el usuario en otro idioma es un asunto complementario. Lo esencial para la biblioteca es otra cosa. Está muy bien, como está muy bien la comunicación a través de redes sociales, aunque quizá este último aspecto sea, hoy por hoy, más apreciado. Sabemos que el concepto de biblioteca ya no es el que era, que trata de atraer y mantener usuarios, donde la comunicación es eje fundamental para ello, y si el canal idiomático es una barrera, pues bienvenidos sean aquellos que la salvan. Creo recordar que, de tanto en tanto, no estaba de más hacer un análisis demográfico para ver qué tipo de usuarios reales y potenciales tenemos, y, si es necesario, enfocar a todos ellos nuestro esfuerzo.
En fin, que no descubro América. Todo está dicho ya, no voy a escibir un libro por ello.