martes, 17 de abril de 2007

La biblioteca de San Javier

El primero y no último post sobre la nueva biblioteca "Santa Mónica" de San Javier va a estar plagado de ilusión, así me lo he propuesto. Y digo nueva biblioteca y no nuevo edificio porque espero realmente que algo cambie. Sí, que haya una intensa labor por dotar a este humilde municipio que me vio crecer de lo que hoy día se tiene en mente por biblioteca. En fin, que necesita mejorar, y competir con otra nueva biblioteca vecina, como la de Torre Pacheco. Por cierto, sería muy interesante una comparativa. Y andando el tiempo, ya tengo pensado establecer una mancomunidad bibliotecaria del Mar Menor, pero eso será cuando llegue mi momento. ;)
Por ahora, unas palabras sobre el edificio, desde la perspectiva que cualquier paseante puede tener. En primer lugar la ubicación tiene la ventaja de estar bastante céntrica (no marca el límite urbano como la de Torre Pacheco), pero no tiene espacio de actividades, ni de paseo, ni jardín, ni parque, ni otra cosa que no sea el edificio de la biblioteca, y si lo tiene, es mínimo. Además, los jueves, día de mercado, será imposible acceder a la biblioteca. ¿Y aparcar cerca? Sinceramente, con cuatro coches se van a ocupar las plazas que los residentes tenían para sus cuantiosos coches (menos mal que esos adosados tienen garaje).
Bueno, la línea arquitectónica difiere mucho de la vecina pachequera, es más clásica, más sobria, y lo prefiero siempre y cuando signifique que resulte más funcional, con un mejor reparto de sus dependencias. Pero no sé, hay algo que no me termina de convencer, porque se comen todo el espacio, y no dejan ni para un banco a la salida, ni un metro cuadrado para saludar a los amigos en la puerta de la biblioteca... ¡si es que la entrada llega hasta la misma acera donde hasta hoy había una valla para separar el solar!
Lo importante es lo dentro, y de eso aún no sé nada. Pero ya veremos, que siempre he pensado que San Javier podía ser la cabeza de las bibliotecas de la zona, en el sentido de coordinar los proyectos y actividades culturales que desarrollaran en común, porque tiene potencial, y si el Ayuntamiento lo apoya, también tendría el presupuesto suficiente para realizar lo que se proponga.
En fin, ya veremos. Quizá espero cosas que nunca veré, pero ¿acaso eso no demuestra mi pasión por el mundo bibliotecario?
Hay que tener en cuenta que la biblioteca de San Javier tiene muchas cosas buenas: tiene página web (mejorable, claro, pero la tiene), también personal cualificadísimo (podían ser profesores de Universidad algunos de ellos si se lo propusieran, o al menos eso dice sus curriculum), tiene historia, y un enclave estudiantil y cultural que empieza a querer tener un espacio propio, y no se me ocurre otro que no sea la biblioteca. También tiene grandes déficits, como la falta de apoyo institucional y, lo que es peor, de los propios ciudadanos, que no tienen la costumbre de hacer uso de la biblioteca (excepto algunos jóvenes que la usan meramente como sala de estudios). Falta fuerza, mano dura y mano izquierda en las riendas, constancia y templanza. Yo apuesto por arriesgar en la biblioteca municipal, no ya sólo por ésta, sino por el concepto de biblioteca pública en esa llamada sociedad del conocimiento que lo va a invadir todo, en nuestro barrio y en nuestras calles, en nuestras rutinas que día a día marcan nuestro camino; en nuestras vidas y a nuestro servicio.

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